8.24.2006

¿Alguien recuerda este movimiento de vanguardia mexicano?

Poema estridentista LAS 13

Miguel Aguillón Guzmán

En la avenida roja

Un tumulto de kalxons

Acribilla la hora.

¡¡ Se ha sublevado el tráfico!!

EL INSTANTE SE CUELA

ENTRE LOS PASOS GIGANTES DE LOS POSTES…

Un calosfrío suicida de vehículos

Se cahebra en las esquinas.

Aquel reloj cardiaco

Despereza las 13.

La calle ensimismada se escurre en las banquetas

Mientras mi corazón diluye aquel adiós eléctrico

Y en tanto que bostezan las antenas del radio

Los gritos inalámbricos han horadado el cielo.

Las ventanas ensayan actitudes

Y los aparadores secuestran las miradas:

“Compre aquí su aparato

y oirá nuestros conciertos

-gratis-

en los periódicos”.

Los anuncios murales se han sindicalizado

Y desde ayer

La vida se abraza a las fachadas para gritar los rótulos.

¡CÓMO FUMAN LAS FÁBRICAS!

La mañana cubista

Desmaya una opresión de líneas

En los talles esbeltos;

Nerviosos se atropellan los colores

En las aceras ávidas,

Anegadas de sol…

SE HA PERDIDO A CALLE DE MI NOVIA

Ella es acre y doliente.

Sus labios incendiados

Han florecido una sonrisa anónima

ME HE SUSCRITO A SUS BESOS

Se perdió en el relámpago fácil de un minuto

Y olvidó entre mis manos retazos de un suspiro.

SE HA REFUGADO LA HORA EN AUTOMÓVIL

Amnistía para el tráfico

V.M.-20 k.

Se desploman de sueño los semáforos…

En la oquedad del cielo

Naufragaron los últimos silbatos,

Y en la ruta sonámbula

EL LADRIDO DE UN PERRO SE ME HA ENREDADO AL CUELLO

Gracias por el fuego (fragmentos) del autor Mario Benedetti

Cómo es Edmundo Budiño, según la propia visión de su hijo, Ramón.
¿Cuándo empezó el desencanto? ¿Cuándo dejó de ser Papá para convertirse en el Viejo? Termino el editorial y estoy contigo. Nunca estará conmigo. Nunca estaré con él. ¿Acaso lo odio? Puede ser, no lo descarto. (…) Siempre queda bien que alguien pueda decir: No van a comparar, el Doctor es un hombre de empresa, mientras que los hijos. Ya sé, ya sé. Mientras que los hijos, si son algo, sólo se debe a que llevan el nombre de Budiño. Pese a sus defectos, ¿quién no los tiene?, el Doctor es un hombre de empresa. ¿Y cuáles son los defectos del Doctor? (…) ¿Y sus virtudes-virtudes? Es infatigable, simpático cuando quiere, consciente de que su palabra es ley; oportunamente filántropo, gustador del buen vino, viejaero con anécdotas; animado y animador, risa sonora, ojos con brillo; siempre da la impresión de que sabe un poco más de lo que dice, aunque no lo sepa; verdadero talento para usar la cordialidad, aunque ésta sólo sirva para cubrir el desprecio; trajes impecables de casimir inglés; poderosa cuenta bancaria espléndidas propinas; gran énfasis en los valores morales; salud de roble, campechanía intermitente, und so welter. (pp.52, 53)
¿Qué es Ramón Budiño? Un genio estulto, mediocre…
La gente le da cada vez menos importancia a detalles que tienen que ver con la moral política. La gente sabe que en las altas esferas hay grandes y productivos negociados. Considera que no está en su mano evitar semejante estafa. Entonces el hombre de la calle, cuya única participación política es el voto, se resigna y se las ingenia para hacer él también su pequeño negocio, su módica estafa. Convencete de que la crisis más grave en este país es la crisis de ejemplo. (…) ¿No se te ha ocurrido pensar que en este país existe una gran apatía política, un colectivo encogimiento de hombros, debido tal vez a que las ahora viejas conquistas sociales le fueron dadas a un pueblo que todavía no la había reclamado? Por eso, después de haber estado a la vanguardia continental, ahora todos nos pasan, todos tienen en América más conciencia social que nosotros… (pp.95,96)

8.17.2006

Novela nacida de una atmósfera grisácea

Algo pasó en el universo, cuando se decidió dar cabida a la matanza de los estudiantes y de todos los participantes que hacían resistencia en cada una de las plazas de sus países (Japón, Alemania, Francia, por supuesto, México). Algo sucedió con el golpe de estado chileno, con la impoisición de las dictaduras en los países de Tercer Mundo. Algo se rompió con el fracaso de los movimientos estudiantiles, obreros, magistrales de los años sesentas. Fue la última lucha por la solidaridad y los valores sociales.
Existen muchos libros testimoniales al respecto. También hay teóricos de filosofía, sociología, economía... y de todas las disciplinas de las humanidades, que han reflexionado y escrito sobre este tema: sobre el fracaso, el rompimiento de algo. De qué? No lo sé, posiblemente los idelas; pero lo seguro es que algo cambió. Este comentario surge a propósito de una novela que leí hace un par de días, una obra escrita en 1969 o más bien, publicada en ese año en Uruguay, censurada en España por la represión franquista del momento. La novela en cuestión es Gracias por el fuego del escritor uruguayo Mario Benedetti.
En esta obra, el personaje principal, Ramón Budiño, es un hombre que a pesar de su estabilidad económica (es director de una agencia de viajes), vive con un hueco existencial, surgida de su mediocridad y conformismo. Enamorado siempre de su cuñada, aspirando a una vida diferente y con miedo de revelarse a los negocios sucios de su padre.
Edmundo Budiño, padre de Javier, es un hombre de mucho dinero, que ha ganado su fortuna realizando negocios ilegales, pero siempre conservando la apariencia de ser un gran ciudadano. Su doble vida, su doble moral, le ha valido ser un hombre respetado por toda la sociedad uruguaya, y además, temido por todos aquellos que le sirven. La novela enfrenta a estos dos personajes, en la que se muestra, de manera fragmentada, como pequeños cuadros, el pensamiento y vida de cada uno de éstos.
En los diálogos interiores de Ramón, en la descripción que hace Gloria Caselli sobre su amante (don Edmundo), es donde se puede reconocer la crítica fuerte realizada a la mediocridad, el fanatismo y la ceguera de los habitantes de Uruguay (y por qué no?, de toda la América Latina) La novela explica cómo en este ambiente de desinterés, la ilegalidad y el crimen que habita entre los círculos de los altos políticos, encuentran un colchón reconfortante y gozan de alta impunidad. Las palabras son directas, no hay eufemismos, ni tampoco rodeos. Nada existe que pueda dar un poco de esperanza o confort al lector.