8.13.2007

Regreso

Hola. De nuevo estoy aquí, y hoy, para variar un poco, he dejado las citas en reposo. Hace días, meses en realidad, que terminé la maestría. Mi vida parece tomar un nuevo camino: el trabajo. Jejeje, un nuevo y ya conocido camino. La docencia siempre es algo gratificante. Sin embargo, la docencia en bachillerato es una actividad que puede sorprender. Te cansas, fuerzas la voz, sufres para explicarte y al final, terminas tu horario de trabajo con un sabor amargodulzón en la boca. Aprendieron algo?? Ni hablar! Sonríes y caminas feliz a casa. Bueno, ese es mi comienzo y regreso a este universo que es la docencia. Sin embargo, nada se compara con la vida del analista, del crítico; de aquel que viaja con su inteligencia plasmada en los papeles para demostrarla al mundo sordo de las conferencias, los congresos y las revistas literarias. Qué decir de la vida del alumno de maestría! Y la vida del que sufre por conseguir un doctorado??

2 comentarios:

J. Tomás Martínez dijo...

Asi es la vida del docente, pero recuerda que uno no anda repartiendo sabiduria, más bien como que uno lanza un poco de entusiasmo. Y si alguien lo quiere tomar, pues adelante.

Sí, la vida en la academía, es decir, dentro de la academia, siempre es más gratificante que la vida de profe, pero es parte del mismo proceso.

Lo harás bien, eso lo sé. Y piensa que es parte de la formación, aprendes otro tipo de habilidades.

Besos.

Darina Silver dijo...

Ah, ya hasta me dieron ganas de regresar a dar clases...

Je.

Es una lata eso de trabajar, pero alguien tiene que hacerlo...

D.