En ocasiones, las pinturas de Balthus me recuerdan "Inmaculada o los placeres de la inocencia":
-¿Me dejas llevarte a algún lado? -dijo el hombre. -¿A qué lado? -preguntó Inmaculada con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el respaldo del asiento.
-A un lugar donde pueda verte desnuda sin prisa. Te gustaría, me gustaría, me gustaría mucho -contestó el hombre con la mano de Inmaculada sobre su boca.
En tanto, el hombre miraba el pecho fuera de la blusa, a la muchacha vestida de azul. Su posición hacía más largo su cuello, tenía los tiernos labios entreabiertos y los ojos cerrados. Era maravillosamente joven. No pudo dejar de pasarle suavemente el dorso de la mano por el saliente pezón.
2 comentarios:
Muy buen libro. Muy muy bueno. ¿También te llegó la recomendación por via del Dr Ulloa?
No en balde García Ponce fue el encargado de traducir muchos textos de Pierre Klossowski... ¿Por allí vendrá algo?
¿Eso de la genialidad está en los genes?
Recuerdo mucho ese boceto que pones para ilustrar tu entrada... Ha sido en realidad muy significativo en mi vida.
Llevo un ratote leyendote, recordando muchas cosas. Gracias por las Intertextualidades.
D.
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