3.10.2007

EL AHOGADO MÁS HERMOSO DEL MUNDO (fragmento)

Por supuesto, de GABO

Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los hombres averiguaban si no faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres se quedaron cuidando al ahogado. Le quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los abrojos submarinos y le rasparon la rémora con fierros de desescamar pescados. A medida que lo hacían, notaron que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas estaban en piitrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales. Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de los otros ahogados del mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesteroso de los ahogados fluviales. Pero solamente cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor armado que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la imaginación.

No encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderio ni una mesa bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los hombres más altos, ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los zapatos del mejor plantado. Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las mujeres decidieron entonces hacerle unos pantalones con un pedazo de vela cangreja, y una camisa de bramante de novia, para que pudiera continuar su muerte con dignidad. Mientras cosían sentadas en círculo, contemplando el cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido nunca tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si aquel hombre magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las puertas más anchas, el techo más alto y el piso más firme, y el bastidor de su cama habría sido de cuadernas maestras con pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban que habría tenido tanta autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo llamarlos por sus nombres, y habría puesto tanto empeño en el trabajo que hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras más áridas y hubiera podido sembrar flores en los acantilados.

Ahora sí, vida de GABO

POR SUS OCHENTA AÑOS Y PARA NO QUEDAR FUERA DEL DIÁLOGO UNIVERSAL

Nació en Aracataca, en el departamento de Magdalena en Colombia el domingo 6 de marzo de 1927. Hijo de Gabriel Eligio García y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán. Fue criado por sus abuelos maternos, el coronel Nicolás Márquez y Tranquilina Iguarán, en Aracataca. En 1936 murió el coronel Nicolás Márquez, motivo que desplazó a Gabriel García Márquez a Sucre con sus padres, para meses después trasladarse a Barranquilla a estudiar. Cursó los primeros grados de secundaria en el Colegio San José desde 1940 para luego viajar a Zipaquirá a culminar su bachillerato en el Liceo Nacional con una beca, hasta 1946. En 1947, García Márquez se mudó a Bogotá con la intención de estudiar Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá), carrera de la que desertó.

Después del llamado "Bogotazo" en 1948, cruentos disturbios que se desataron el 9 de abril a causa del asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, cuando se quemaron algunos de sus escritos en la pensión donde residía, decidió trasladarse a Cartagena de Indias y empezó a trabajar como reportero de El Universal. A finales de 1949 se traslada a Barranquilla para trabajar como columnista y reportero en El Heraldo. Por petición de Álvaro Mutis, García Márquez regresó a Bogotá en 1954, donde trabajó en El Espectador como reportero y crítico de cine. En 1958, tras una estancia en Europa, García Márquez regresó a América, instalándose en Venezuela.

En 1967 publicó su obra más aclamada, Cien años de soledad, historia que narra las vivencias de la familia Buendía en Macondo. La obra es considerada como un gran referente del Realismo mágico.

Desde 1975, García Márquez se radica entre México, Cartagena de Indias, La Habana y París. En 1982, le conceden el Premio Nobel de Literatura.
Por supuesto, tomado de Wikipedia...

Mes de GABO, días para olvidar....

Aunque todos sabemos que este mes de marzo, es el mes de Gabriel García Márquez, los invito a salirse de la moda, y leer para el enajenamiento:

Nalgas dulces, serenas

Tus nalgas ya están listas por si acaso se acelera el ocaso de la tarde que en honor de esas masas hace alarde de un extraño matiz, de un guinda escaso.

Pablo Boullosa

Quieres saber más, checa su página: www.pabloboullosa.com/poemas1/poenalgas.htm